Artículo con contenido spoiler.
El productor ejecutivo de la serie Matt Olmstead habla de la muerte de Bellick.
El noveno capítulo de la cuarta temporada tiene una función doble: divertir así como poner punto final allí dónde había que ponerlo. Adquirida esta función doble, el episodio se revela agradable de seguir.
En efecto, el desmantelamiento de la Compañía pasa, como la evasión de la prisión, por un paseo por las cañerías y lo reconozco, tuve algunos momentos de estrés, como los tenía constantemente en la primera temporada. Desde luego, la calidad no es la misma pero es mejor tener el sentimiento que tener una indiferencia total delante de la intriga. Aunque moleste un poco la sencillez con la que se lleva la intriga.
El equipo está bloqueado delante del tubo que contiene millones de litros de agua destinados a los habitantes de Los Ángeles y nos dan a entender que hay únicamente que dar un golpe o quemar el dispositivo de funcionamiento para que todo Los Ángeles sea privado de agua, algo verdaderamente ligero para una trama que se precie.
Es en esa tramna en la que Bellick decide sacrificarse realmente por la causa aunque es triste decir después de cuatro temporadas nos despidamos así pero era la mejor manera de utilizar al personaje que habrá servido más en un episodio que en varias temporadas. Observaremos por otra parte el modo en el que se explota al personaje que, en sus últimas horas, encuentra por fin un sentido a su vida (lo que es bastante paradójico) y reconoce que su padre murió cuando era niño.
Fuente: Pizquita
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